"Reflexión Para Jóvenes"
Tal vez Ella ya no te escribe tanto. Ya no te llama más. Cuando te
escribe, ya no te dice las cosas bonitas que te decía antes. Se tarda en
contestar y hasta es cortante....Cuando lo único que buscas es discutir
con ella, se puede decir que realmente... no le importa, nada. Ella te
hace sentir patético. Otros hombres le publican cosas en su muro y ella
responde súper linda, como solía
responderte a ti. Empieza a seguir adelante, a hablar, a salir, a reír, a
divertirse y a coquetear con otros. Y ahora estás empezando a darte
cuenta de lo hermosa que es. Ella es increíble ¿No? Bueno pues lástima
que sea demasiado tarde, porque ya la perdiste, por tonto...Hubo un
tiempo en el que eras su mundo. Su todo. La razón de su sonrisa. Ella te
quería, le importabas, hubiera dado todo por ti, pero la alejaste poco a
poco, con tu indiferencia. No te diste cuenta que ella era diferente al
resto, ella no tuvo miedo de alejarse. Ella fue lo suficientemente
fuerte como para dejarte ir. ¿Y ahora de repente la amas? ¿Sabes cuánto
dolor le causaste? ¿Tienes idea de todas las noches que no pudo dormir,
por pensar en ti? No, no la tienes. Así que no vengas con tu "Te
extraño", porque la mujer que lo hubiera dejado todo, sólo por verte
sonreír, la mujer que estaba enamorada de ti, sin importarle nada ni
nadie, se esta yendo, la perderás para siempre. No la quieras recuperar
con excusas, con pretextos, con palabras absurdas. Después de haberla
lastimado tanto, lo mínimo que puedes hacer es desearle que sea
feliz...!!

Cuando en realidad eras tu y tus indiferencias que se estaban alejando
Gabriela Martinez Luna
!!!Primero Observa ¡¡¡
Una
chica estaba esperando su vuelo en una sala de espera de un gran
aeropuerto. Como debía esperar un largo rato, decidió comprar un libro y
también un paquete con galletas. Se sentó en una sala del aeropuerto
para poder descansar y leer en paz. Asiento de por medio se sentó un
hombre que abrió una revista y empezó a leer. Entre ellos quedaron las
galletas. Cuando ella cogió la primera,
el hombre también tomó una. Ella se sintió indignada, pero no dijo nada.
Solo pensó: "¡Qué descarado; si yo fuera más valiente, hasta le daría
una bofetada para que nunca lo olvide!". Cada vez que ella cogia una
galleta, el hombre también tomaba una. Aquello le indignaba tanto que no
conseguía concentrarse ni reaccionar. Cuando quedaba solo una galleta,
pensó: "¿qué hará ahora este aprovechado?". Entonces, el hombre partió
la última galleta y dejó media para ella. ¡Ah no!. ¡Aquello le pareció
demasiado!. Se puso a resoplar de rabia. Cerró su libro y sus cosas y se
dirigió al sector del embarque. Cuando se sentó en el interior del
avión, miró dentro del bolso y para su sorpresa, allí estaba su paquete
de galletas... intacto, cerrado. ¡Sintió tanta vergüenza!. Sólo entonces
se dio cuenta de lo equivocada que estaba. ¡Había olvidado que sus
galletas estaban guardadas dentro de su bolso!. El hombre había
compartido las suyas sin sentirse indignado, nervioso, consternado o
alterado. Y ya no estaba a tiempo ni tenia posibilidades para dar
explicar o pedir disculpas. Pero sí para razonar: ¿cuántas veces en
nuestra vida sacamos conclusiones cuando debiéramos observar mejor?
¿cuántas cosas no son exactamente como pensamos acerca de las personas?.
Y recordó que existen cuatro cosas en la vida que no se recuperan: Una
piedra, después de haber sido lanzada; Una palabra, después de haberla
dicho; Una oportunidad, después de haberla perdido; y El tiempo, después
de haber pasado...!!!
Se que equivocarse es de humano pero también piensa que no todo es error
Gabriela Martinez Luna
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